A mediados de los años cincuenta del pasado siglo, apareció la primera entrega de El Capitán Trueno de Ambrós y del gran guionista Victor Mora, con el episodio titulado "a sangre y fuego". Comenzaban las aventuras que iban a apasionar a toda una generación de amantes del comic: 26 años de emociones inolvidables que corren paralelas al humor disparatado de los fantásticos Mortadelo y Filemón de Ibáñez.
La editorial Bruguera no podía columbrar el éxito que iba a alcanzar su personaje cuando publicó los primeros cuadernillos apaisados al precio de 1,25 pesetas. El primer dibujante que dio vida a nuestro héroe y a sus compañeros Sigrid, Goliath y Crispín fue el genial e irrepetible Ambrós. El Capitán Trueno era fuerte, simpático, luchaba con noble idealismo moral por la justicia, la libertad, la fraternidad, la paz. Su papel era hacer que masas de gentes tomasen conciencia de la explotación a que eran sometidas por los "malos": sir Black, el conde Kraffa, o cualquier villano de turno que encontrara en el camino. Si algo se le podía reprochar es que jamás tenía una flaqueza. A su lado el simpático tragaldabas Goliath, siempre listo para engullir y pelear. El Capitán Trueno recorría el mundo "desfaciendo entuertos".